Dónde
nos encontramos
Geográficamente la
Mancomunidad del Embalse del Atazar se ubica en la estribación oriental de la
Sierra de Guadarrama, al sur de Somosierra y limitando al este con la de
Ayllón. Todas forman parte del Sistema Central, una alineación montañosa que
recorre unos 700 km. en dirección SO-NE, desde Lisboa hasta Sigüenza, con alturas máximas
de 2.500 m., siendo el relieve más destacable del interior de la Península y
que a su vez separa dos grandes cuencas, la del Duero al Norte y la del Tajo al
Sur.
Comprende los términos municipales de
El Atazar, El Berrueco, Cervera de Buitrago, Patones, Mangirón, paredes de
Buitrago, Serrada de la Fuente, Cinco Villas y Robledillo de la Jara todos
ellos pertenecientes a la provincia de Madrid.
Geológicamente se encuadra en la zona CentroIbérica del
Macizo Ibérico, y dentro de los tres
dominios en los que atendiendo a razones petrogenéticas se divide el Sistema
Central, a caballo entre el Dominio Oriental y el Central. Estas dos zonas se
encuentran separadas por un importante accidente tectónico del que más adelante
se hablará: la Falla de La Berzosa, que atraviesa el pantano del Atazar de
Norte a Sur.
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Esquema
geológico de la Zona CentroIbérica. En el recuadro nuestra zona de interés en
la Sierra Norte.
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Cartográficamente, la Mancomunidad del Embalse del Atazar
está representada en las hojas 509 Torrelaguna, 484 Buitrago de Lozoya y 485 Valdepeñas
de La Sierra. La comarca de La Ribera comprende las hojas 485 Valdepeñas de la
Sierra y 459 Tamajón. Todas ellas referidas a escala 1:50.000.
Qué
interés ofrece esta zona.
Enclavada
en lo que ahora viene a llamarse Sierra Norte, hasta hace poco conocida un tanto
despectivamente como Sierra Pobre, es en cambio un área de gran riqueza natural que
situada a menos de 100 km de Madrid cuenta entre sus principales atractivos con
una enorme geodiversidad. No hay espacio para la monotonía, a lo largo de pocos
kilómetros es posible recorrer diferentes estructuras y materiales geológicos
que han dado lugar a su vez a distintos paisajes que pueden ser observados en
su conjunto, incluso a simple vista, bien asomándose a las panorámicas que
ofrecen las antiguas atalayas árabes de Torrepedrera en El Berrueco o
Arrebatacapas en Torrelaguna, o bien ascendiendo a alguna de sus cumbres como
el Pico de la Miel o Cancho Gordo en la Sierra de La Cabrera.
En esta zona se hallan representados los tres grandes grupos
de rocas existentes: ígneas (granitos), metamórficas (pizarras, esquistos y
gneises) y sedimentarias (calizas,
margas, areniscas, arcillas), con edades que abarcan desde el Cámbrico al
actual Holoceno, y cuya génesis, desde
aquellas generadas a mayor profundidad y temperatura a las más superficiales,
pone de manifiesto las diferentes condiciones por las que este territorio ha
pasado a lo largo de 600 millones de años.
Efectivamente, su historia geológica,
condicionada por el desplazamiento de la corteza continental y con ella la de la
hoy actual microplaca ibérica, nos habla de colisiones y fracturas
continentales, del levantamiento desde los fondos submarinos de grandes
cordilleras que, desde alturas semejantes al Himalaya actual, fueron
posteriormente arrasadas y convertidas en llanuras, de transgresiones y
regresiones marinas, de playas tropicales, ambientes lacustres y diferentes climas,
de glaciales a áridos, que han ido dejado su impronta a lo largo de los últimos
600 millones de años hasta dejar el paisaje que hoy contemplamos como un único
fotograma dentro de la evolución geológica que aún continúa.
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